Renacimiento
Renacimiento
es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa
Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el
campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias,
tanto naturales como humanas. Italia fue el lugar de nacimiento y desarrollo de
este movimiento.
El
Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que
determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El nombre
«renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba ciertos elementos de
la cultura clásica. El término se aplicó originariamente como una vuelta a los
valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza
tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática
establecida en la Europa de la Edad Media.
Desarrollo
Históricamente,
el Renacimiento es contemporáneo de la era de los Descubrimientos y las
conquistas ultramarinas. Esta «era» marca el comienzo de la expansión mundial
de la cultura europea, con los viajes portugueses y el descubrimiento de
América por parte de los españoles, lo cual rompe la concepción medieval del
mundo, fundamentalmente teocéntrica. El fenómeno renacentista comienza en el
siglo XIV y no antes, aunque al tratarse de un proceso histórico, se elige un
momento arbitrariamente para determinar cronológicamente su comienzo, pero lo
cierto es que se trata de un proceso que hunde sus raíces en la Baja Edad Media
y va tomando forma gradualmente.
La segunda
fase del Renacimiento, o Cinquecento (siglo XVI), se caracterizó por la
hegemonía artística de Roma, cuyos papas (Julio II, León X, Clemente VII y
Pablo III, algunos de ellos pertenecientes a la familia florentina de los
Médici) apoyaron fervorosamente el desarrollo de las artes, así como la
investigación de la Antigüedad Clásica. Sin embargo, con las guerras de Italia
muchos de estos artistas, o sus seguidores, emigraron y profundizaron la
propagación de los principios renacentistas por toda Europa Occidental.
Características
De forma
genérica se pueden establecer las características del Renacimiento en:
·
La vuelta a la Antigüedad.
Resurgirán tanto las antiguas formas arquitectónicas, como el orden clásico, la
utilización de motivos formales y plásticos antiguos, la incorporación de
antiguas creencias, los temas de mitología, de historia, así como la adopción
de antiguos elementos simbólicos. Con ello el objetivo no va a ser una copia
servil, sino la penetración y el conocimiento de las leyes que sustentan el
arte clásico.
·
Surgimiento de una nueva relación
con la Naturaleza, que va unida a una concepción ideal y realista de la
ciencia. La matemática se va a convertir en la principal ayuda de un arte que
se preocupa incesantemente en fundamentar racionalmente su ideal de belleza. La
aspiración de acceder a la verdad de la Naturaleza, como en la Antigüedad, no
se orienta hacía el conocimiento de fenómeno casual, sino hacía la penetración
de la idea.
·
El Renacimiento hace al hombre medida
de todas las cosas. Presupone en el artista una formación científica, que le
hace liberarse de actitudes medievales y elevarse al más alto rango social.
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